El Periodista, reportaje a Hugo Pratt, 1986.
El año de 1986 fue un punto culminante de la exposición mediática de Hugo Pratt en la Argentina. Como nunca antes desde la década de 1950, Pratt apareció permanentemente en revistas y diarios, que celebraban su retorno al país con motivo de la exhibición de su obra que se iba a realizar en el marco del evento cultural Italiana '86.
Una de las tantas entrevistas que le hicieron a Pratt durante su visita fue publicada por la revista El Periodista nº 37, Mayo 24 al 30 de 1986, Ediciones de la Urraca. El autor de la misma fue Carlos María Domínguez, que la tituló citado al tano : "El hombre tiene derecho a la fantasía", Hugo Pratt, la historieta, los argentinos. La nota estaba complementada por un recuadro titulado "La aventura de un hombre grande" a cargo del gran escritor y querido amigo Juan Sasturain.
En la entrevista de Domínguez se tratan todos los temas recurrentes de la vida y obra de Pratt: sus inicios y su interés por el dibujo, el viaje a Argentina, sus trabajos en Europa, el Corto Maltés, el cine y la importancia de la historieta en esa época.
Reproduciremos ahora algunos párrafos de la nota en la que Pratt habla de Argentina.
"Una generación de enamorados"
- ¿Porqué vino a nuestro país y qué significó ese primer cruce del Atlántico?
- Venirme para acá fue encontrarme con la libertad. En Italia había generaciones perdidas, atormentadas, peleadas irreconciliablemente entre sí. Mi generación ha sido una generación de enamorados. habíamos visto el horror de la guerra y después de aquello todo nos parecía hermosísimo. Emigrar era casi una obligación porque no se encontraba trabajo en ningún lado. Yo ya había querido irme de polizón en los barcos norteamericanos, pero siempre terminaba arrojado por la borda en la laguna de Venecia. Cuando nos contrataron no lo podíamos creer. Esto era "Eldorado" para nosotros. Tenía veintidós años en ese entonces y me quedé aquí hasta 1959. Fueron los años de mi maduración. Este es un país que lee, y yo recibí muchos estímulos literarios. descubrí no sólo a muchos escritores clásicos sino también la obra de Leopoldo Lugones, Borges y Roberto Arlt. Yo no hubiera podido hacer las historietas que luego realicé si antes no hubiera madurado en Argentina. Y sobre todo, tuve aquí el encuentro decisivo con Héctor Germán Oesterheld, el guionista más importante que tuvo el país, desaparecido durante las razzias de 1976, signado por esta tragedia que también masacró a sus cuatro hijas. con él hicimos la historieta, hoy casi mítica, El Sargento Kirk. este western estaba protagonizado por Kirk, un sargento desertor del ejército, un indio despreciado por su propia tribu, un médico que había tenido problemas con la justicia por asuntos vinculados con el alcohol y un pistolero. La aparición de estos héroes marginales rompió con el maniqueísmo de los enfrentamientos entre buenos y malos, entonces masivamente vigente, iniciando en el género un ahondamiento psicológico que dejó definitivamente atrás el esquematismo de las primeras realizaciones de la historieta.
(...)
- ¿Cuál era la situación profesional de los historietistas en esa época?
- Los dibujantes y guionistas estaban muy mal pagos, por lo general no se valoraba el trabajo. A esto se sumó la llegada de la televisión. Vinieron las series americanas y con ellas nuestra ruina. Los norteamericanos comenzaron a editar historietas con los héroes que aparecían en la televisión. Esas revistas eran traducidas en México y distribuidas en todo el mercado hispanoamericano. La introducción de la televisión brindaba un entretenimiento con el cual la historieta parecía no poder competir. Mermó el trabajo y las editoriales se dedicaron a hacer otro tipo de cosas para sobrevivir. Muchos dibujantes debieron emigrar y yo estuve entre los primeros. Fui a Londres, donde varios de nosotros tuvimos que trabajar para la "gran prensa londinense" haciendo cosas muy ingenuas, con argumentos muy estúpidos. La guerra entre los alemanes e ingleses se continuó in eternun en los comics. Estuve allí hasta fines de 1960, luego fui a Norteamérica, volví a la Argentina, y desde entonces no he dejado de viajar.
Espero que estos extractos sean del interés del lector. Pero vamos a hacer un matiz respecto de las palabras de Pratt. Quizás sí a principios de la década de 1960 la situación era crítica para los dibujantes, complicados por la decadencia y el cierre de las principales revistas de historietas, pero durante la década de 1950 pudieron vivir muy bien, es más el propio Ivo Pavone me contó que cuando vinieron a trabajar a la Argentina contratados por la Editorial Abril tenían un sueldo muy bueno, más alto que el estándar de la época.
Por último, respecto del trabajo de Pratt para la prensa londinense, hay un artículo muy interesante de Dominique Petitfaux al respecto, titulado "Hugo Pratt a Londra: la nebbia si disolve" y publicado en la revista Fumetto, Anno XVI, Numero 61, Marzo de 2007, ANAFI, Italia.
Hasta aquí llegamos hoy, próximamente iré posteando extractos de otras entrevistas a Pratt publicadas en diferentes medios de comunicación durante 1986.